No solo de manicura francesa viven las novias
De los múltiples detalles que una novia debe cuidar el día de su boda uno primordial son sus manos. Como el peinado, el maquillaje y el vestido es algo a tener en cuenta un tiempo antes y que debe ir en consonancia con todo lo demás.
Lo primero que hay que considerar es que no son solo las uñas sino las manos por completo lo que hay que cuidar, porque todas las miradas van a estar puestas en vosotras y en todos los detalles. Y es por eso que conviene varias semanas antes realizar algún tratamiento de hidratación para llegar a ese día con unos resultados visibles. Es tan sencillo como limpiar e hidratar diariamente nuestras manos y concertar para un día antes de la ceremonia una cita en un centro de estética o en nuestra peluquería de confianza para que nos quiten las cutículas y restos de pieles muertas, algo que se nota mucho en el resultado de la manicura.
Lo segundo que hay que tener en cuenta es que el conjunto. Lo habitual por estadística es que el vestido se encuentre dentro de la gama de los blancos, y por eso lo que más se ve en las uñas de las novias es la manicura francesa. Es un clásico que nunca falla y que, de hecho, no hay nada con lo que no convine. Lo podemos hacer sobre nuestras propias uñas, probar con las uñas de gel o cualquier otro método como la porcelana. Y por qué no, probar con el nail art y decorar nuestras uñas. Eso sí: es conveniente no probarlo el día antes sino haber hecho ya una prueba anterior para ver si nos convence.
Pero si queremos hacer algo un poco diferente no tenemos porqué quedarnos con la manicura francesa sino que podemos optar por tonos que nos puedan ir bien con los detalles del vestido, el tocado o el ramo en algún tono de rosa o nácar. Si la boda es en verano también podemos ir hacia algún tono en nude, e incluso si somos atrevidas buscar algún color más llamativo en rosa o azul.
Y aunque haya ciertas reglas y no se suelan llevar las uñas de un color fuerte con un vestido blanco, siempre podemos hacer un poco de trampa...